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El feminismo en las obras completas de Ángela Figuera: algunas observaciones preliminares.
Por John C. Wilcox - University of Illinois (Urbana-Champaign)
Zurgai: Euskal Herriko olerkarien aldizkaria. Junio 1991
Desde que la critica, en su mayoría masculina, empezó a prestar atención a la obra de Angela Figuera se ha tendido a encasillar el impulso creativo de esta poeta dentro de que se ha calificado como una "maternidad a la redonda". (1) Sin embargo, y a pesar de que la misma Figuera, en una entrevista que se habría hecho a ella a finales de los años setenta declaró que "Yo no creo en el feminismo" (Ramos 17), en los últimos años ha surgido otra tendencia crítica -la de mujeres como N. Mandlove y R. Quance- que han sabido rastrear un impulso feminista en la obra de nuestra poeta.
Mi propósito en el presente trabajo es ahondar en este código discursivo que atraviesa toda la obra de Angela Figuera -el feminismo- y representarla como una poeta feminista manquée. Quiero desvelar a sus posibles lectores del porvenir el contorno de "la otra" Angela Figuera, la que el discurso hegemónico de su época jamás habría permitido contemplar ni reconocer: su inspiración en la experiencia femenina para ciertas imágenes y metáforas originalísimas; su postura antipatriarcal, su cólera por ser mujer y poeta marginada; su refutación de la estrecha y comprometida religión de su país.
A mi entender, el feminismo de Angela Figuera se puede encontrar ya en sus primeros libros y se hace más evidente a medida que evolucionan sus Obras completas. (2) Para demostrar esta evolución, he dividido estas Obras en tres fases o períodos. La primera fase de unos ciento treinta poemas publicados entre 1948 y 1949 (Mujer de barro (1948), Soria pura (1949) -revela en términos generales una cosmovisión optimista y un inmenso amor hacia la naturaleza y hacia los seres humanos con quienes repartía su vida. En la llamada segunda fase, unos cincuenta poemas publicados entre 1950 y 1953- Vencida por el ángel (1950), El grito inútil (1952), Los días duros (1953), Víspera de la vida (1953) Figuera se muestra muchos más negativa: lamenta los estragos políticos y sociales de la posguerra, la inautenticidad de la religión hegemónica, y la inutilidad de ser mujer y poeta. En la tercera fase, unos cuarenta poemas publicados entre 1958 y 1962 -Belleza cruel (1958), Toco la tierra: letanías (1962)- su voz es más ecuánime y sugiere a las generaciones venideras cómo deben reconstruir su pais (3).
Mi lectura de la obra de Angela Figuera no pretende tanto insistir en la postura comprometida de su poesfa como ahondar en el feminismo latente que subyace en ella. Con este fin, analizaré la evolución de cada uno de estos periodos contrastando las lecturas más tradicionales con mi propia interpretadón de tendencias potsmoderna y feminista.
*Notas
(1) Esta frase en de Mantero pero es típica de la actitud de muchos críticos. En la "Obras citadas" al final del presente trabajo, ver además los estudios de: Alvarez, Bosch, Luis, Miró.
(2) La reciente publicación por Libreria Hiperión de las Obras completas nos ha permitido vislumbrar este desarrollo.
(3) Estoy de acuerdo con Bosch (6) quien señaló hace casi treinta años que en Belleza cruel Figuera "se busca. ..un punto de equilibrio entre exaltación y lobreguez". Tal actitud de ecuanimidad no caracteriza sus cuatro libros anteriores.
