TERCERA FASE (1958-1962)
Belleza Cruel (1958) -quizá el más famoso libro de Figuera- es conocido como una de las joyas de la poesía comprometida, pero en cuanto a la evolución poética de Angela Figuera hay muy poco nuevo en Belleza Cruel. Por ejemplo, en "Etcétera" (225) Figuera insiste dramáticamente sobre las crueldades cometidas contra la mujer, y vuelve a insistir sobre la injusticia e inutilidad de la religión autoritariamente patriarcal de su país. En efecto, en unos poemas de ironía punzante la poeta le dice a Dios que ella comprende que sus ángeles son demasiado puros como para mancharse las manos en este mundo ("Miedo", 211-12), y Figuera se revela dispuesta (en la serie "La justicia de los ángeles" 228-34) a sustituirlos para cumplir con sus deberes, suministrando así justicia a los pobres y marginados que han sido olvidados por los supuestos sirvientes de Dios. Mediante esta efectiva subversión de los papeles asignados por la Iglesia establecida, y mediante el juego de palabras implicito en su propio nombre, Figuera sugiere que sólo una artista puede ser una "ángela", puede tener la visión para crear una religión auténtica en este mundo dominado por el macho de la especie.
En cuanto a su temática, puede que haya poco de original en este libro, pero ciertamente la ironía de la poeta es muy eficaz al transmitir su mensaje. Hay sin embargo una metáfora original en Belleza cruel y ésta es la infertilidad, condición que la cultura suele caracterizar de un modo negativo sólo cuando se encuentra en la mujer. Pues bien, Figuera cambia el rumbo para acusar a los jefes políticos y religiosos de España de haber creado un país infertil, en que la semilla -sobre todo la semilla metafórica de la libertad- es incapaz de echar raíz.
España se perfila como país árido y seco que se hunde con celos fraticidas ("Guerra" 221), país que mata la libertad ("Libertad" 219), y que martiriza a sus hijos( "Canto rabioso de amor a España en su belleza" 235). En otros poemas Figuera utiliza la alegoría para hacer resaltar el estancamiento socio-político de la península. España es un país infértil en que en vano el pobre labrador reza por la justicia y la paz ("San Poeta labrador" 238); es un país moribundo que necesita una cuerda salvavidas hacia el resto del mundo ("Puentes" 241); es además un país en que los ricos son los verdaderos ladrones ("Canción del pan robado" 244). "Hombre naciente", la última sección de Belleza cruel es una serie de alegorías políticas dirigidas a las generaciones venideras cuya tarea será la de volver a construir el país. En "Veinte años" (246-48) les exhorta a que se olviden del pasado y que vuelvan a construir una España en su propia imágen y semejanza; es decir que se olviden de la infertilidad de sus padres y antepasados. El nuevo ciudadano (en el poema "Hombre naciente" 249) querrá una tierra sin maldad y codicia en que la semilla simbólica de paz eche sus raíces: "Saneada tierra / para sembrar a pulso la simiente / que tengo entre mis dedos apretada" (249).
La originalidad de este libro es que, en un tono totalmente ecuánime, la poeta sutilmente subvierte el orden patriarcal del sistema franquista representándolo como una estructura cuya única creación es la infertilidad.
Toco la tierra: letanías (1962). Una lectura tradicional de estos poemas sin duda observaría una mayor armonía en la visión de la poeta al final de su vida creativa, una visión que quiere mostrar lo bueno con lo malo. Una interpretación postmodemista sin embargo tendría que señalar que Figuera persiste en su actitud subversiva hacia la religión que se practicaba en su país. En "Niño-dios" (281), la Sagrada Familia no se sitúa en un belén o pesebre sino en un lugar contemporáneo de vil pobreza. En "Me explico ante Dios" (266) la hablante femenina nos presenta una larga letanía de todas las tareas -verdaderamente "cristianas" por implicación- que a ella le toca hacer cada día por la sencilla razón de que los creyentes en Dios han dejado de cumplir con sus deberes y de que Iglesia demuestra una negligencia maligna hacia los que deben proteger .
Y por fin en su conmovedor soneto "Aunque la mies más alta dure un día" (284), Figuera deliberadamente enfoca su condición como mujer y declara que como "mujer de carne y verso" ha hecho "un trueno de (su) herida" para "que suene aquí y ahora, fuerte y claro". (15)
Los hombres lloran; lloraré con ellos;
será su voz, la luz en su ventana. (284)
Angela Figuera se atrevió a proferir conceptos e ideas para los cuales "los hombres" no tenían palabras; ella fue "la luz" en una ventana que daba el porvenir. Ella fue poeta que se inspiró en la experiencia marginada de la mujer para subvertir el orden patriarcal en distintos rangos políticos, sociales y religiosos; fue feminista avant la lettre.
Con estas observaciones preliminares hemos tratado de esbozar una faz de la poeta que por necesidad se quedó oculta y muda en la España de medio siglo -oculta y muda incluso a ella misma.
*Notas
(15) La alusión-y señalada diferencia- será al hombre de "carne y hueso" de don Miguel de Unamuno. Semejante idea se desarrollo en "Poeta puro" (310), poema recientemente recogido en sus Obras completas.