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Domingo, 24 de noviembre de 2024
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Ángela Figuera Aymerich
ANGELA FIGUERA AYMERICH, FEMINISMOA

Itzuli

PRIMERA FASE (1948-1949)

Una lectura tradicional de Mujer de barro (1948) y Soria pura (1949) tendría que señalar que la poeta está respaldando el statu quo en tanto que canta su amor por su amante/esposo, por su hijo recién nacido y por la naturaleza que la rodea. Una lectura postmoderna, sin embargo, más avezada a las perspicacias feministas de los últimos años, tendría que destacar aquel puñado de poemas en que la hablante socava percepciones tradicionales, poemas en que desenmascara al amante macho y en que desmitifica a sus precursores poéticos masculinos.

Por ejemplo, el lector atento de "Mujer" (el segundo poema de su primer libro) se dará cuenta de que Figuera nos presenta con una hablante que ha asumido un papel activo), en contraste con la postura pasiva tradidonalrnente indicada para la hembra de la especie:

¡Cuán vanamente, cuán ligeramente
me llamaron poeta, flor, perfume!...
Flor, no: florezco. Exhalo sin mudarme.
Me entregan la simiente: doy el fruto.
El agua corre en mí: no soy el agua.
Arboles de la orilla, dulcemente
los acojo y reflejo: no soy árbol.
Ave que vuela, no: seguro nido.
cauce propicio, cálido camino
para el fluir eterno de la especia. (26) (4)

El canon poético masculino ha reducido a la mujer a una "flor" o a un "perfume", y le ha señalado acciones y condiciones pasivas tanto como estados intransitivos. Pero la hablante feminista de este texto trastoca todo, seleccionando verbos activos y transitivos para los logros de la mujer. Desde luego se puede -sirviéndose de una perspectiva postmodernista- leer este texto como un sutil desafio a las figuras poéticas tradicional (es decir, masculinas) empleadas para designar la hembra de la especie ("flor", "perfume", "árbol", "ave".). Mediante esta transformación de los simbolos esterotipados, pasivos y decorativos asociados tradicionalmente a la condición femenina, este temprano texto de Figuera presenta su condición activa: -"Flor, no: florezco. Exhalo sin mudarme. / Me entregan la simiente: doy el fruto". Del mismo modo, en otra parte de este mismo libro Figuera insiste en negar el que la mujer sea una configuración de clisés poéticos santificados -"Ni soy nácar ni azucena" (27); al contrario, la mujer es "barro" (25, 27) y "tierra". (27, 34). "Barro" es la fuente metafórica de la vida, juntos "barro" y "tierra" sugieren fertilidad y son el origen de toda alimentación ("Barro" 27, "Morena" 27, "Tierra" 34).

A esta crítica de la perspectiva hegemónica (masculina) hacia la amada ideal, hay que añadir la que se hace a la actitud del hombre hacia el amor. Para el hombre en "Darse" (30), el amor se convierte en un deseo de controlar a la mujer ("presa"), mientras que para la mujer el amor es un regalo ("ofrenda") en "Tus manos frías" (32), las manos frías del hombre (amante) atacan a la mujer (amada) y se convierten en "garras de fuego" y en "Deseo" (32), la mujer sexualmente frustada concibe a su amante como piedra fría: "Tú, quieto, como piedra. Tú frío, como piedra". (5)

Otro aspecto del feminismo latente en la obra temprana de Angela Figuera es la distancia que ella pone entre ella misma y sus famosos precursores masculinos. Tomemos como ejemplo a Juan Ramón Jiménez. En el poema "El fruto redondo" -alusión irónica a "El otoñado" (6)- Figuera emprende esta tarea:

Sí, también yo quisiera ser palabra desnuda.
Ser un ala sin plumas en un cielo sin aire.
Ser un oro sin peso, un soñar sin raíces,
un sonido sin nadie...
Pero mis versos nacen redondos como frutos,
envueltos en la pulpa caliente de mi carne. (54)

Para Juan Ramón Jiménez -como sabemos- la poesía debía aspirar a ser "palabra desnuda", a ser esencia etérea ("un oro si peso"); para Figuera, la poesía debe ser algo más inmediato, más vinculado con la humanidad, como indican las metáforas de los últimos versos: "mis versos nacen redondos como frutos, / envueltos en la pulpa caliente de mi carne". (7) Esta revisión de la estética de la desnudez indica que la experiencia de Figuera -como mujer y poeta- la ha impulsado a desarrollar un estética propia en reacción a la influencia de poderosos precursores masculinos.

Desde el principio Angela Figuera se sirvió de materia pol!tica sólo asequible a una mujer " Figuera se inspira en su propia experiencia, la que no la permite ser poeta "desnuda" -o folklórica (como Lorca) o intimista (como Machado). (8) Por ejemplo en "Perdido", se sirve del símil de un niño muerto al nacer para referirse al proceso de la creación poética:

Aquel verso que olvidé
sin jamás haberlo escrito;
aquel que nadie leerá
¡qué pena me da, Dios mío!
Es como cuando perdí
al ir a nacer, un hijo (61).

Figuera también trata esta desgarradora experiencia en otro lugar ("Muero al nacer" 57). La euforia y la angustia experimentadas por ella como amada y madre se convierten en sustancia poética que no es sencillamente "materna" sino también de impulso feminista, ya desde sus primeros libros.

En "Poquita labor", pequeño poema de cuatro dodecasílabas que además resume muy sutilmente su primer estilo, se vislumbra también una actitud antipatriarcal. Con toque muy ligero satiriza a aquellos que no ven cuanto ella como madre, esposa y poeta:

¡Qué poquita labor, qué poquita labor!...
Unos versos, un hijo, un hogar, un amor...
Pero tú, que me miras con desdén al pasar,
tú, que vas tan orondo... ¿Has hecho mucho más? (63)

Este poema es un buen ejemplo del genio y sutile:za de la primera Angela figuera, quien expresó su propia Visión -"aunque nadie me escuche, de decirlo" (55}- y labró su propio estilo en reacción a los hombres "orondos" de su pasado poético.

 

*Notas

(4) Me refiero siempre a las Obras completas publicadas por Librería Hiperión. Como éste es el segundo poema del libro Mujer de barro puede que lleve una significación más deliberada de lo que ha sido reconocida hasta ahora.

(5) En "Ya no me da la manita" (52), parece que aún quisiera sugerir que su hijo -todavía niño ya quien ama locamente- empieza a mostrar los mismos signos de insensibilidad que los demás hombres.

(6) El título es una alusión a "El otoñado" publicado en La estación total en 1946. Además, se podría demostrar que cada uno de los versos de "El fruto redondo" es un eco irónico de imágenes poéticas utilizadas por Juan Ramón en la segunda década de este siglo, las que vieron la luz del día en la Segunda antolojía poética.

(7) En otros poemas en este libro Figuera sufre la influencia del Juan Ramón Jiménez de "Historias" (1909-12, sobre todo "la cojita", texto publicado en la Segunda antolojía poética.

(8) Se nota la influencia de García lorca en Libro de poemas(1921) y Canciones(1927), por ejemplo "El lagarto está llorando". la inspiración de Machado es patente en Soria pura. La inspiración de los precursores masculinos de Figuera merece un estudio aparte, pero corno señaló González Martín (90) el realismo de Rguera la distingue de los poetas de los años 20. Añadiríamos a esto su sensualidad (p.ej. el simbolismo del rio en "El cañaverar 94): emplea su sensualidad para distanciarse del racionalismo y la lógica que caracterizan el discurso masculino.

Itzuli

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