Poesía preocupada
c) La letanía
La explosión de rabia recogida en Belleza cruel va a ir dejando paso paulatinamente a un evidente desaliento en la escritora. Una carta dirigida a Gregorio San Juan calificaba, por ejemplo, "de una lata" las complicaciones que le estaba suponiendo aquella obra. Yañadía: "nunca acabo de creer que mis cosas, no siendo versos (y aún eso...) interesen a nadie" (111).
Toco la tierra será el reconocimiento expreso de ese estado de ánimo. No obstante, desde su propio punto de vista y pese a reconocer el cambio de tono producido, Angela insistirá en este libro en sus pronunciamientos pero de un modo más sosegado, propio de la espera de un mañana que tardará en llegar, oscilando "entre el dolor y la fe en algo mejor" (112).
Las composiciones de este último poemario incluido en la "etapa preocupada", tendrán un subtítulo muy elocuente, "letanías", concepto que definirá la poética del cansancio y la repetición. Justificaba Angela el subtítulo, en una entrevista posterior (113), en "la insistencia o repetición de determinados versos". Esta definición formalista contrasta con los propios contenidos de la obra, mucho más tajante en sus afirmaciones:
HIJOS, ya veis: no tengo otras palabras;
insisto, insisto, insisto; verso a verso,
repito y enumero lo evidente,
lo que en los ojos se me clava a diario (114).
Repito, vuelvo, sigo, en letanía (115)
Señor, si no te canto, no te enojes.
Ya ves, no tengo tiempo para nada (118).
No te hago falta, tienes a tus Santos;
los coros de tus Vírgenes y Arcángeles
te alaban y bendicen en tu gloria.
Pero, al que sólo es hombre, ¿quién le canta? (119)
No sé, no sé si ya querréis oírme,
decir amén, seguirme, acompañarme,
cuando, tocando tierra, rezo y firmo
mi larga letanía (...) (121)
Mi reino es de este mundo. Mi poesía
toca la tierra y tierra será un día.
No importa. Cada loco con su tema (122).
Por eso mi poesía de hoy grita con el dolor de todos y denuncia con la rabia de todos. y pretende también estar con todos los que saben su dolor y los que lo ignoran; los que buscan y los que caminan a ciegas. Y, si no puede salvarlos, al menos puede caminar con ellos. No me importa si mi poesía es, por lo circunstancial, por lo concreta e impura, perecedera. Si un solo hombre de mi tiempo se siente por ella comprendido y acompañado, consolado y estimulado, ya no habrá sido inútil (123).
¿Qué he hecho para que todo eso que ansío se cumpla? No sé. Puede que nada. Acaso un poquito, muy poquito, poquísimo con mi conducta y con mis versos. Pero no estoy muy segura y esa inseguridad me deprime. Quisiera que mi compromiso ético hubiese dado resultados más palpables y, sobre todo, más útiles. Pero no estoy segura de haberlo conseguido. En realidad no lo sé. Eso es lo terrible: que no lo sé (125).
*Notas
111. Carta a Gregorio San Juan del 27 de junio de 1960. Recogida en el monográfico de Zurgai, op.cit. Pág. 78.
112. Saladrigas, R.: "Monólogo con...", op.cit. Pág. 48.
113. Antonio Núñez, "Encuentro con ...", op.cit. Pág. 4.
114. HIJOS, ya veis: no tengo otras palabras, TT, OC pág. 253.
115. lb ídem.
116. Toco la tierra, TT, OC pág. 254.
117. Estamos viendo todo lo que pasa, TT, OC pág. 263.
118. Me explico ante Dios, TT, OC pág. 266.
119. Ibídem.
120. Aunque la mies más alta dure un día, TI, OC pág. 284.
121. Hijos..., TI, OC pág. 253.
122. En tierra escribo, TI, OC pág. 254.
123. Luis, Leopoldo de: Poesía social española contemporánea..., op.cit. Pág. 58.
124. La referencia procede de la propia escritora y, sin duda, no se trata de una elección casual si se tiene en cuenta que el filósofo Bertrand Russell (1872-1970) supo conjugar el pensamiento, las matemáticas y la literatura con una importante labor política como militante pacifista y de reformador social:
En los últimos años de su vida, Russell dedicó una parte esencial de sus esfuerzos a la causa de la paz, especialmente en la línea del desarme nuclear y en la del papel de los científicos en las amenazas que se ciernen sobre el futuro de la humanidad.
(Acero, Juan José: Historia del pensamiento. Tomo IV. Pp. 142-143. Editorial Orbis. Barcelona, 1983).
Como se comprueba en la obra de Angela son éstas cuestiones que le preocuparon profundamente. A modo de ejemplo se puede mencionar el poema Sobramos, GI, OC pág. 191.
125. Saladrigas, R: "Monólogo con ..:', op.cit. Pág. 49.